La investigación, que se desarrolla en dos fases, estudia los determinantes institucionales, tanto formales como culturales, que llevan a la adopción de estrategias y normativas educativas nacionales de educación financiera, así como su impacto en las competencias financieras de los jóvenes | Factores institucionales, como la orientación a largo plazo, y de entorno económico, como la libertad empresarial o el PIB per cápita, ayudan a explicar la adopción de estrategias nacionales en educación financiera | Los primeros resultados indican que el espectro político de los gobiernos no influye en la puesta en marcha de estrategias nacionales de educación financiera
Un estudio de la Universidad de Oviedo, en colaboración con FUNCAS, revela los factores que explican la adopción de políticas que promueven la educación financiera. La investigación, puesta en marcha por el grupo de Finanzas y Gobierno Corporativo, se divide en dos fases. En la primera, trata de explicar los motivos que llevan a implementar medidas que incidan en la educación financiera a nivel internacional para los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). En una segunda fase, se analizará la implantación de estas estrategias y normativas educativas en el nivel de competencias financieras de los jóvenes estudiantes de secundaria.
En la Semana de la Educación Financiera, que se celebra en el marco del 7 de octubre, cabe tener en cuenta que las competencias financieras son una habilidad esencial en el siglo XXI. Como señalan organismos internacionales como la OCDE o el Banco Mundial, son cruciales para el empoderamiento de los individuos y para apoyar el bienestar financiero de las personas y las sociedades. La cultura financiera tiene un impacto en la salud económica, la estabilidad y el crecimiento general de un país: mejoran la resiliencia y estabilidad económica, especialmente durante las crisis económicas, promueve un crecimiento económico sostenible y la inclusión financiera, lo que tiene un impacto positivo en el desarrollo y crecimiento.
Los primeros resultados
El proyecto de investigación tiene como objetivo estudiar las estrategias y normativas de educación financiera en los países de la OCDE, analizando qué factores del entorno institucional influyen en su adopción. En una fase posterior, se analizará el impacto de estas estrategias y normas educativas en las competencias financieras de los estudiantes de secundaria usando datos de PISA.
Los primeros resultados del proyecto muestran el impacto de la crisis financiera global en la adopción de estrategias de educación financiera por parte de los países miembros de la OCDE. Mientras que en el año 2005 únicamente un país había aprobado una estrategia, y antes de 2010, únicamente cuatro, uno de ellos España, en 2017 el número de países con una estrategia de educación financiera ascendía a 25. Además, se observa una heterogeneidad en los promotores de las estrategias nacionales de educación financiera: los supervisores de los mercados financieros y los ministerios son los más comunes.
En cuanto a los determinantes institucionales que influyen en la adopción de estrategias de educación financiera a nivel nacional, los resultados no apoyan la importancia de determinantes formales como el origen legal del país.
Gerard Hendrik Hofstede, un psicólogo social holandés, basándose en estudios en los años 80, propuso 6 dimensiones culturales que ayudan a valorar e identificar los comportamientos culturales de cada región o grupo cultural. Los resultados indican la importancia la dimensión cultural orientación a largo plazo, así como de aspectos referidos al entorno económico como la libertad empresarial o el PIB per cápita en la adopción de estrategias nacionales de educación financiera. También influye significativamente la población del país.
La orientación a largo plazo se relaciona con el cambio. En una cultura orientada al largo plazo, la noción básica sobre el mundo es que está en constante cambio, por lo que siempre es necesario prepararse para el futuro. Los resultados muestran como sociedades con una elevada orientación a largo plazo valoran las prácticas financieras que aseguran el futuro y, por tanto, son tendentes a implementar estrategias nacionales de educación finan-ciera.
Por su parte, la libertad empresarial mide el grado de facilidad o dificultad para hacer negocios en un país, evalúa la carga regulatoria y el entorno administrativo al que se enfrentan los emprendedores y empresarios. Se refiere así a la facilidad para abrir, hacer y cerrar negocios. Los resultados indican que son los países con menor libertad empresarial los que tienden a adoptar en mayor medida estrategias nacionales de educación financiera. De la misma forma, los países con menor PIB per cápita y con mayor población son los que adoptan más estrategias nacionales de educación financiera.
Los resultados también indican que otras dimensiones culturales como la evitación de la incertidumbre (relacionada con la tolerancia de una sociedad hacia la incertidumbre y la ambigüedad) y el espectro político de los gobiernos (derecha-izquierda) no influyen en la puesta en marcha de estrategias nacionales de educación financiera.
Estos resultados preliminares revelan, por tanto, la importancia de factores institucionales y de entorno económico en la adopción de políticas de educación financiera. Futuras investigaciones del proyecto permitirán además identificar y comparar normativas de educación financiera y el impacto de las estrategias y normativas educativas puestas en marcha en la OCDE en la cultura financiera de la población, en especial de la población joven. Estos re-sultados permitirán ampliar el conocimiento sobre los determinantes y efectividad de las políticas de educación financiera.
La necesidad de estrategias y políticas que promuevan la educación financiera
Un informe de 2023 de la OCDE muestra una puntuación media de los adultos en competencias financieras en los países de la OCDE de 63 puntos sobre 100; únicamente un 39% de los adultos alcanzan lo que se considera puntuación mínima (al menos 70 puntos sobre 100). España obtiene una puntuación muy similar a la media de la OCDE, 64 puntos sobre 100 y tan solo un 39% de adultos que alcanza la puntuación mínima. Estos datos revelan la importancia de contar con estrategias y políticas de educación financiera que promuevan las competencias financieras de los individuos, una cuestión señalada por organismos in-ternacionales. En cuanto a la población joven, el Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes PISA muestran también la necesidad de promover la cultura financiera. Aunque la mayoría de los estudiantes de 15 años son consumidores de productos y servicios financieros, muchos carecen de algunas de las habilidades y conocimientos necesa-rios para tomar decisiones financieras acertadas por sí mismos.
España fue uno de los primeros países de la OCDE en aprobar en 2008 una estrategia de educación financiera nacional, el Plan de Educación Financiera, una iniciativa de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el Banco de España y el Ministerio de Economía, Comercio y Empresa, en la que participan más de 45 instituciones cuya finalidad es mejorar la educación financiera de los ciudadanos. Cabe señalar que tanto FUNCAS como la Universidad de Oviedo, promotoras del estudio, son entidades colaboradoras del Plan de Educación Financiera. Entre las líneas de actividad del Grupo de Investigación Finanzas y Gobierno Corporativo de la Universidad de Oviedo se incluyen ámbitos relacionados con la educación financiera. El grupo desarrolla a través de la iniciativa FINEDUCA360 acciones relacionadas con las competencias y educación financieras, de investigación, transferencia y docencia a lo largo de la vida.