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Un estudio de la Universidad de Oviedo revela que las minorías tienden a agruparse por áreas geográficas, lo que convierte un problema social en uno territorial

Los investigadores Alberto Díaz Dapena y María José Pérez Villadóniga han publicado un artículo en la revista ‘The Annals of Regional Science’, que vincula problemas de integración social no resueltos con la localización de poblaciones minoritarias | Los autores utilizan un modelo matemático para demostrar que los colectivos que tienen problemas para integrarse en una sociedad tienden a asentarse en el mismo espacio para protegerse | La investigación se centra en Estados Unidos y analiza varios factores que influyen en que los grupos pequeños de población tiendan a estar rodeados de “los suyos” | El resultado saca a la luz una situación curiosa en la que las regiones tienden a ser extremadamente homogéneas internamente en términos de grupos poblacionales, pero opuestas si se comparan entre sí
 

¿Por qué sigue habiendo tanta población afroamericana en el sureste de Estados Unidos? ¿Por qué hay tan poca movilidad dentro de la Unión Europea de la libre movilidad? Se podría decir que los problemas territoriales que muchas veces se pueden encontrar dentro de determinadas áreas geográficas pueden estar cimentados sobre problemas sociales previos que no han sido resueltos. Así lo muestra un artículo de la Universidad de Oviedo publicado en la revista The Annals of Regional Science que vincula problemas de integración social no resueltos con la localización de los individuos. 

Los investigadores Alberto Díaz Dapena y María José Pérez Villadóniga demuestran a través de un modelo matemático cómo los individuos que tienen problemas para integrarse en una sociedad tienden a agruparse en el espacio para protegerse, lo que termina generando que el problema social se convierta en uno de carácter territorial.

En concreto, los investigadores parten de un supuesto sencillo. El estudio establece, apoyándose en un modelo matemático, las opciones que tienen los trabajadores a la hora de decidir su localidad de residencia. Los empleados que, lógicamente buscan el salario más elevado posible, tomarán su decisión en función de dos variables: el dinamismo de la zona y la abundancia de su grupo poblacional. 

La paradoja de este trabajo es que, a diferencia de otros modelos previos, las diferencias salariales tienden a perpetuarse, porque en la elección del lugar de residencia primará la protección de su grupo poblacional antes que otros incentivos, como el dinamismo de la zona. Salvo situaciones excepcionales (por ejemplo, que ya haya una abundancia inusitada de todos los grupos en una región), el modelo plantea que los individuos del grupo más pequeño tenderán a huir de aquellos lugares en los que su colectivo no es abundante, incluso si la región es muy dinámica. Por supuesto, el grupo más abundante también tiene incentivos para obviar lugares dominados por minorías, pero al ser el grupo poblacional más grande, tenderá a crear entornos muy dinámicos.

La población tiende a separarse

El resultado al que llega la investigación revela una situación curiosa, donde las regiones tienden a ser extremadamente homogéneas internamente en términos de grupos poblacionales, pero opuestas si se comparan entre sí. Es decir, la población tiende a separarse. De esta manera, los trabajadores minoritarios buscan huir de los lugares donde no son bienvenidos, incluso si ello supone estar en áreas menos dinámicas. Además, cuanto más claro es este patrón, más difícil es salir de él. Un trabajador que quiera mudarse a otra región se encontrará con que todo su grupo poblacional ha sido previamente expulsado, lo que aumenta todavía más el rechazo que va a encontrar en la región de acogida.

El estudio aclara que, al estar completamente separados por regiones, la problemática social queda parcialmente resuelta, ya que el ciudadano pasa a estar rodeado de los suyos. Sin embargo, los autores plantean varios problemas. El primero, desde un punto de vista puramente económico: los trabajadores pasan a localizarse no donde podrían desarrollar todo su potencial, sino donde su grupo es más abundante, reduciendo así la eficiencia. En segundo lugar, la investigación señala que se genera una situación perfecta para que aparezcan conflictos entre regiones. Al estar separados, resultaría muy difícil para los ciudadanos empatizar con problemáticas que sucedan en otra región, donde no están los suyos, sino la población que les discrimina sistemáticamente. Esto hace que cualquier temática política, como podría ser la financiación regional o la contribución de cada territorio a un problema nacional, se convierta en una lucha entre regiones. De esta manera, el artículo refleja que, si se deja que un territorio llegue a ese punto, cada vez será más difícil abordar problemas desde una óptica nacional o de integración entre regiones.
  
Referencia
Díaz-Dapena, A., Pérez-Villadóniga, M.J., (2024) The role of labor discrimination in spatial sorting: the USA as an example of ethnic groups staying apart. The Annals of Regional Science. https://doi.org/10.1007/s00168-024-01290-1.

Pie de foto

Foto 1: Los investigadores de la Universidad de Oviedo María José Pérez Villadóniga y Alberto Díaz Dapena.
 

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