El escritor, Premio Princesa de Asturias de las Letras, ofrece una clase magistral ante estudiantes y docentes en el Campus de Humanidades
Casi como si de una clase magistral se tratara, el escritor Richard Ford (Jackson, EEUU 1944) habló ante cientos de estudiantes y docentes de la Universidad de Oviedo de creación literaria, de la importancia de la lectura, de la construcción de personajes, de la civilización e incluso de su cuaderno de notas y del material literario que guarda en su nevera. El Premio Princesa de Asturias de las Letras ha contestado a las preguntas del público, la mayor parte cuestiones planteadas por estudiantes, ante quienes ha defendido la importancia de leer. En primera fila en la biblioteca del Campus de Humanidades, además de las autoridades académicas, siguió el acto público el fotoperiodista James Nachtwey, galardonado este año en Comunicación y Humanidades.
Acompañado en el escenario por los profesores de la Universidad de Oviedo Esther Álvarez y Javier García Rodríguez, y Rubén Peinado, de la Universidad de Manchester, el escritor estadounidense comentó que "la literatura imaginativa está dedicada a mostrar qué tenemos en común más que lo que nos separa". Ford aconsejó a los jóvenes que lean todo lo que puedan y recordó sus inicios en la lectura, ya en su etapa como universitario, y su primer libro: Absalon, de Faulkner. "Cuando era joven era disléxico y no leía libros, era muy lento, pero al final pensaba que si no leía acabaría perdido. Tenía un gran miedo al fracaso, quería tener éxito, no quería ser una persona perdida. Si no hubiese sido un buen lector no hubiera llegado a ser escritor".
La lectura, indicó, "es muy útil, te enseña que no estás solo, que hay que conocer a otra gente". Y ofreció también un consejo para los docentes, a petición de una profesora: "¿Qué libros recomendaría yo a mis alumno? Los que me gustan a mí".
Sobre el oficio literario, hay tres reglas para escribir una novela, pero "por desgracia, nadie sabe cuáles son esas reglas", bromeó. Ford se refirió a sus obras como "historias libres y poco convencionales", que tratan de ofrecer al lector algo que no conozca. "Todos estamos sobre los hombros de alguien, todos intentamos hacer algo mejor que el anterior", indicó. El Premio Princesa de Asturias de las Letras opinó también que el principal enemigo de los escritores "es lo convencional".
Hubo tiempo durante el encuentro con universitarios bajo el epígrafe "A love for words" para hablar también de los personajes de sus obras. "Para mí, los personajes están hechos de lenguaje, no tienen antecedentes personales, por eso la diferencia entre una mujer y un hombre en un personaje es solo cuestión de palabras".
Ford mostró su cuaderno de notas donde va tejiendo con frases e ideas sus obras. Incluso obsequió al auditorio con algunas de sus últimas anotaciones que forman parte de una futura historia literaria sobre una mujer que conduce de EEUU a Canadá para encontrar en su lecho de muerte a un hombre de quien estaba enamorada y que había huido de su país para escapar de la guerra de Vietnam… El tema está planteado mediante frases que luego irán encajando hasta construir un relato, pero "no sé cómo va a acabar". Todas las palabras que el autor de El periodista deportivo guarda cada día llenan el medio centenar de cuadernos que, confesó, guarda en la nevera como un tributo a una vieja costumbre familiar heredada de su madre.
El Premio Princesa de Asturias de las Letras habló también de Donald Trump y de como "lleva al garete al país", del clima racial, del derrumbe de la civilización e incluso del Nobel a Bob Dylan, un galardón que celebra porque "estar en el otro lado es susceptible de poder ser acusado de envidia".
Antes de acceder al salón de actos, Richard Ford posó junto a la placa que la Facultad de Filosofía y Letras ha colocado en el suelo que da acceso a la Biblioteca Emilio Alarcos, a modo de paseo de las estrellas, y que luce junto a la dedicada a la historiadora Mary Beard, Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales.