template-browser-not-supported

Noticias

Proyección de la película 'Qué difícil es ser un dios' / 'Trydno byt bogom', de Aleksey German, en el Aula Severo Ochoa

El viernes 13 de noviembre a las 20 horas en el Aula Severo Ochoa de LAUDEO Centro Cultural de Extensión Universitaria (C/ San Francisco, 1) el cine del Niemeyer vuelve a entrar en la Universidad de Oviedo con el magistral y exigente 'Qué difícil es ser un dios', filme póstumo de Aleksey German en el que trabajó durante trece años y que es considerado por la crítica como una obra maestra. En versión original subtitulada al castellano. Entrada libre hasta completar aforo.

"Qué difícil es ser un dios" / Año: 2013 / País: Rusia / Género: Ciencia ficción/ Dirección: Aleksey German / Guión: Aleksey German, Svetlana Karmalita (Novela: Arkadiy Strugatskiy, Boris Strugatskiy) / Fotografía: Vladimir Ilin, Yuri Klimenko / Reparto: Leonid Yarmolnik, Aleksandr Ilyin Jr., Yuriy Tsurilo, Yevgeni Gerchakov, Aleksandr Chutko, Oleg Botin, Dmitri Vladimirov, Laura Lauri, Pyotr Merkuryev / Duración: 177 min. / Versión original  subtitulada al castellano
 
Un grupo de científicos es enviado a Arkanar, planeta donde impera un régimen tiránico en una época que se parece a la Edad Media. Mientras los intelectuales y los artistas autóctonos son perseguidos, los investigadores tienen por obligación no interferir en el curso político e histórico de los acontecimientos. Desobedeciendo a sus superiores, el misterioso Don Rumata, a quien el pueblo atribuye poderes divinos, desencadena una guerra por salvar a algunos hombres de la suerte que les ha sido reservada. (Fuente: www.niemeyercenter.org)
 
Con palabras de Jordi Costa: "En Qué difícil es ser un dios, los hermanos Arkadi y Boris Strugatsky, convirtieron en perdurable materia literaria los desvelos de un historiador terrícola, observador en un planeta extraterrestre anclado en una perpetua Edad Media (…) En 1989, para desesperación de los Strugatsky, que siempre soñaron con una adaptación firmada por el radical Aleksei German, el alemán Peter Fleischmann llevó la novela a la pantalla en El poder de un dios,una superproducción tan aparatosa como académica que los escritores se encargaron de repudiar públicamente. Ni los Strugatsky, ni el propio director de la película han vivido para verlo, pero, finalmente, el sueño de los autores  (…) es, finalmente, una realidad: Qué difícil es ser un dios, con la imponencia de documento hallado entre las ruinas de un pasado remoto, avasalla al espectador y demuestra la vigencia del mensaje del libro, escrito en 1964, en unos tiempos en los que, como en una versión de andar por casa del protagonista, cualquiera puede seguir en tiempo real el avance de una nueva Edad Oscura contemplando un telediario. (…) German tomó como referencia las pinturas de Brueghel el viejo para convocar un universo orgánico, agobiante, emético e inabarcable, capturado en crudo y texturizado blanco y negro, que su cámara recorrió en virtuosos y abigarrados planos secuencia, habitados por el embrutecimiento de una masa cómplice, en su brutal inercia, de un poder en perpetua guerra contra la inteligencia y la sensibilidad. Qué difícil es ser un dios propone una incómoda inmersión en la barbarie sin bombona de oxígeno: una obra mayor que pide (y merece) entrega incondicional". (Jordi Costa, El País)
 
En su crítica del film, Andrés Tallón Castro enfatiza la recreación fehaciente en Qué difícil es ser un dios de la atmósfera de una Edad Media sin dentaduras inmaculadas ni mujeres exquisitamente depiladas. Se trata, para él, de una película exquisita sin vocación académica, muy exigente, meticulosa, colosal e inclasificable. Conceptuada para desafiar al espectador. "Una vez sumergido en el lodazal uno ha de hacer frente a un auténtico reto, que tiene mucho de filosófico y de metafórico. ¿No es la consumida y embarrada Arkanar la Rusia que padeció Aleksei German? ¿Acaso la brutalidad y barbarie del señorío de Arkanar no se parece al de la Rusia actual, al de la Rusia que le tocó vivir al difunto realizador? ¿La ignorancia y el fanatismo es el mayor escollo para el progreso? Una carga alegórica que da lustre al legado creativo y le otorga un valor añadido". (Andrés Tallón Castro, El antepenúltimo Mohicano).