El miércoles 20 de mayo, a partir de las 18 horas en el Salón de actos del Campus de Humanidades, los alumnos de Segundo del Aula de Teatro de la Universidad de Oviedo, que dirige Etelvino Vázquez, presentarán su versión de 'Historias para ser contadas', pieza del dramaturgo argentino Osvaldo Dragún. En esta función, los integrantes del grupo de teatro de la institución académica ofrecerán al público el resultado de la práctica escénica desarrollada a lo largo del curso. Entrada libre hasta completar aforo.
Historias para ser contadas se estrena en Buenos Aires en 1956 y fusiona con originalidad y progresismo social y artístico la influencia de Brecht y el melodrama social típicamente argentino, tendencias centrales del teatro de ese país en los años cincuenta.
La obra está estructurada en cuadros, mediante una causalidad indirecta que pretende poner de manifiesto, siguiendo el modelo de Brecht, el contraste entre los "valores pequeñoburgueses y los nuevos valores". La intención parece ser la de exponer la alienación producida por una "sociedad enferma".
Historias para ser contadas, sintetizando las distintas corrientes y tradiciones teatrales argentinas de los años 50 –el sainete, Brecht, la comedia blanca, los juegos o coros dramáticos, la rítmica–, marca una verdadera transición hacia la modernización de los años 60, cuando la mirada de los creadores se vuelve hacia los problemas y los personajes argentinos por primera vez.
Historias para ser contadas se ha convertido en un texto fundacional del teatro argentino contemporáneo y por tanto, al estar escrito en español, en un texto fundacional de nuestro teatro. Y aunque han pasado cincuenta y seis años desde su estreno, sigue plenamente vigente tanto teatral como críticamente, proponiéndonos una visión del mundo que prácticamente no ha cambiado nada en todos estos años.
Osvaldo Dragún (1929-1999) es autor de una obra de signo realista y comprometido. Basada unas veces en referentes históricos y otras en personajes y situaciones cotidianas, su teatro lanza siempre una mirada crítica hacia el presente. Desarrolló influyentes proyectos teatrales, tanto en Argentina como en otros países latinoamericanos (Cuba, México, Venezuela, etc.). En su país, recuperó el antiguo Teatro del Pueblo, creó el Teatro de la Campana y colaboró muy activamente en la fundación y desarrollo del llamado Teatro Abierto, un proyecto cultural de resistencia contra la dictadura militar. En 1988 creó en La Habana la Escuela de Teatro de Latinoamérica y el Caribe, de la que fue director hasta 1995. Desde 1996 hasta su muerte fue director del Teatro Nacional Cervantes de Buenos Aires. Entre sus obras pueden citarse La peste viene de Melos (1956), Historias para ser contadas (1996), Milagro en el mercado viejo (1963), Heroica Buenos Aires (1966), Historia del hombre que se convirtió en perro (1967), Historias de la cárcel (1972), Mi obelisco y yo (1981), Al violador (1981), Al perdedor (1982), Al vencedor (1982), Hoy se comen al flaco (1983), Hijos del terremoto (1986), Volver a La Habana (1989), El delirio (1991) y La balada del loco Villon (1992). Una de sus Historias para ser contadas, "Los de la mesa 10", fue llevada al cine por Simón Feldman, con guion del director y del propio autor.