Un programa de actos por el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, acompañado de una campaña de difusión, busca fomentar las vocaciones científicas entre las más jóvenes
El 8 de marzo de 1910, se publicaba una Real Orden del Ministerio de Instrucción Pública, dirigido por el Conde de Romanones, por la que se autorizaba la matriculación de mujeres en todos los centros docentes. Hasta ese momento, solo podían entrar en las universidades como estudiantes privadas, y para inscribirse como alumnas oficiales necesitaban el visto bueno expreso del Consejo de Ministros, en virtud de lo establecido por una Real Orden de 1888. Desde entonces, la presencia de las mujeres en las universidades españolas y de mujeres dedicadas a la investigación ha sido cada vez mayor, aunque no así su visibilidad.
Hoy por hoy, de 18.201 estudiantes de grado que tiene la Universidad de Oviedo, 9.870 son mujeres. De 1.844 que cursan un máster, 947 son mujeres, y de 1.486 que en el curso 2017-2018 están realizando un doctorado, 796 son mujeres. En cuanto al Programa Universitario para Mayores de la Universidad de Oviedo (PUMUO), comenzaron el actual curso académico 114 hombres y 378 mujeres. La cifra de investigadoras cada día es mayor, si bien aún queda trabajo por hacer para que estas puedan desarrollar sus carreras en igualdad con los hombres. En la actualidad, de 165 grupos de investigación que hay en la Universidad de Oviedo, 49 cuentan con mujeres como investigadoras principales: 10 en la rama de Ciencias, 9 en Ciencias de la Salud, 13 en grupos de Ciencias Sociales y Jurídicas, 13 en grupos de Artes y Humanidades, y 4 en grupos de Ingeniería y Arquitectura.
El 22 de diciembre de 2015, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobaba una resolución en la que proclamaba el 11 de febrero Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, e invitaba a celebrar esta fecha de manera apropiada, incidiendo en la importancia de desarrollar actividades de educación y sensibilización pública "a fin de promover la participación plena y en condiciones de igualdad de las mujeres y las niñas en la educación, la capacitación, el empleo y los procesos de adopción de decisiones en la ciencia, eliminar toda forma de discriminación contra la mujer, incluso en las esferas de la educación y el empleo, y sortear las barreras jurídicas, económicas, sociales y culturales al respecto mediante, entre otras cosas, la promoción del establecimiento de políticas y planes de estudio en el campo de la ciencia, incluidos programas escolares, según corresponda, para alentar una mayor participación de las mujeres y las niñas, promover las perspectivas de carrera de las mujeres en la ciencia y reconocer los logros de las mujeres en la ciencia".
Aprovechando esta celebración y bajo el lema de "Yo soy científica", la Universidad de Oviedo ha elaborado un programa de actividades en colaboración con la Consejería de Educación y Cultura del Gobierno del Principado de Asturias y la Sociedad Española de Neurociencia, con el fin de divulgar el trabajo de las investigadoras y fomentar nuevas vocaciones entra las y los más pequeños. Por segundo año se han realizado fotografías de grupo por los diferentes campus de la institución así como una serie de grabaciones a través de las cuales se quiere ofrecer una mirada crítica a la actualidad, y al mismo tiempo reivindicar el papel de las mujeres investigadoras en la Universidad a lo largo de su trayectoria.
Es sabido que Concepción Arenal estudió Derecho en la Universidad de Madrid entre 1841 y 1846 como oyente y que asistía a las clases vestida de hombre. También existe constancia de quién fue la primera mujer matriculada en una universidad española: María Elena Maseras en 1872, quien obtuvo un permiso especial de Amadeo de Saboya para estudiar en la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona. Sin embargo, la historia de la Universidad de Oviedo es poco conocida aún.
De la mano de la experta Ana Quijada, la campaña repasará la fundación del Colegio de Niñas Huérfanas Recoletas, que quedó estipulada en el testamento de Valdés, fechado en 1566, donde eran guiadas por una maestra a quien se denominaba "rectora" y, en un régimen prácticamente claustral, se les enseñaba a "leer, escribir, contar, labrar, coser, e hilar y amasar", además del nombramiento de mujeres en esa primera época de la institución para el desempeño de oficios, y que finalmente se limitaba a hacerlas depositarias del puesto ya que, precisamente por ser mujeres, no podían desempeñar dichos trabajos pasando a hacerlo en su lugar algún familiar de sexo masculino.
De la matriculación de una mujer en la Facultad de Filosofía y Letras y otra en la de Ciencias en 1914, se pasará a poner algunos nombres propios a la historia como el de María de Maeztu como primera mujer conferenciante de la Extensión Universitaria durante el curso 1908-1909; María de Castellanos como estudiante de Derecho; Clara Campoamor, matriculada de algunas asignaturas en la institución asturiana; María del Consuelo Mendizábal, licenciada en Asturias y primera notaria en España en 1942; Carmen Virgili, primera catedrática de la Universidad de Oviedo y tercera de España, o Marita Aragón, la primera vicerrectora. Ella es una de las protagonistas de la campaña de divulgación de este año, donde también las investigadoras Carmen Recondo, Adonina Tardón, Isabel Carrera, María Valvidares, Inmaculada Álvarez, Rosa Cid, María Encina Cortizo, Sandra Dema, Rosa Sainz y Ángeles Alcedo repasan diversos aspectos referentes a la investigación en la actualidad, los estudios de género y la presencia de las mujeres en la ciencia, en un documental que se presentará próximamente y que quiere servir también como reconocimiento y homenaje a todas las mujeres de la Universidad fallecidas.