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Ibuprofeno Teatro protagoniza la tercera función de 'La Escena Contemporánea'

El jueves 20, a las 20:00 horas, en el Teatro Filarmónica, tendrá lugar la representación de Pequeños actos pseudorrevolucionarios que no sirven para cambiar el mundo pero hacen que nos quedemos más tranquilos, la original propuesta escénica que trae a la III Muestra de Teatro Contemporáneo la compañía gallega. Entrada libre hasta completar aforo.

Compañía: Ibuprofeno Teatro / Creación e interpretación: Marián Bañobre y Santiago Cortegoso / Movimiento escénico: Carmela Bueno / Iluminación: Salvador del Río / Técnico de luz y sonido: Héctor Pazos / Imagen: Diego Seixo / Diseño de vestuario: Marián Bañobre / Realización de vestuario: Raquel Martínez y Maruja González / Cobertura técnica: Ningures Producción

La Escena Contemporánea, la muestra de teatro y danza que organizan en colaboración la Universidad y el Ayuntamiento de Oviedo, apuesta por presentar al público asturiano algunos de los espectáculos más sugerentes de la escena española de nuestros días: un teatro que nos invita a disfrutar en la sala, pero que también nos mueve a la reflexión dentro y fuera de ella, durante y después del espectáculo.

La tercera función nos llega de la mano de Ibuprofeno Teatro, compañía formada por Marián Bañobre y Santiago Cortegoso, dos profesionales que, tras años de trayectoria en numerosas compañías (Maquinaria Pesada, Teatro de Ningures, Teatro do Morcego, CDG, A Factoría, Nove Dous, Balea Branca Producións, Teatro Triángulo, Theatre Organic, Llu Llu teatro, etc.), promueven en 2010 su propio sello de producción para emprender proyectos teatrales de un modo personal e independiente, en los que poder integrar la escritura dramática en el mismo proceso de creación y puesta en escena de los espectáculos. La línea maestra de la compañía es la construcción de un lenguaje propio y reconocible para hablar de los temas clave del individuo contemporáneo, a través de personajes que buscan su identidad y realización individual en un contexto social y tecnológico globalizado y complejo, que no son capaces de controlar, lo que los lleva a situaciones absurdas y cargadas de un humor ácido y sarcástico. La aventura Ibuprofeno Teatro comenzó con una idea que supuso dos años de investigación y documentación: La hija de Woody Allen. Poco después de ser estrenado, en marzo de 2010, el espectáculo participó en los festivales más prestigiosos de Galicia, además de ser seleccionado en la Feria Gallega de las Artes Escénicas. La versión en castellano se estrenó en la Sala Triángulo de Madrid y ha recorrido diferentes comunidades. Además resultó finalista en los Premios MAX de 2011 a mejor autor teatral en gallego.

Su contribución a La Escena Contemporánea, según ellos mismos lo presentan, es un espectáculo cómico-político-absurdo basado en textos escritos a partir de un proceso de investigación y creación colectiva, protagonizados por dos personajes que deciden emprender acciones de protesta de modo privado e individual (por eso son pequeños) para expresar su desacuerdo con el funcionamiento o el significado de alguna institución pública o privada ante la cual no encuentran otro medio de manifestarse, aunque con estas iniciativas no vayan a solucionar "nada". Se trata, por ello, de Pequeños actos pseudorrevolucionarios que no sirven para cambiar el mundo pero hacen que nos quedemos más tranquilos.

Estamos ante una historia de amor entre dos jóvenes que se conocen cuando ella va a un comercio y pide un presupuesto para comprar una cantidad desproporcionada de pintura rosa; se enamoran cuando roban un Papá Noel luminoso de la decoración pública navideña, y pasan una crisis de pareja cuando llegan de sacar todo el dinero del banco.

Con estos materiales, se da cuerpo a una comedia romántica situada en un contexto de acciones revolucionarias y construida a través de diálogos cargados de connotaciones políticas, que reflejan el ambiente de descontento y la necesidad de cambios sociales que vive una gran parte de la población europea.

La obra participa de una estética original que recrea el universo de los juegos de nuestra infancia: el escenario está lleno de clicks de Famóbil y los actores van vestidos y caracterizados exactamente igual que dos de ellos, mientras manejan billetes del Monopoly, el Papá Noel robado de la iluminación navideña, una cinta de correr, etc.

La puesta en escena, multidisciplinar, incorpora soporte audiovisual, de manera que los actores utilizan una cámara como si fuese una lupa de gran aumento, para que el público pueda ver los clicks ampliados en una pantalla al fondo del escenario: una forma, en fin, de que los "pequeños actos" se conviertan en "grandes acontecimientos".