Distintos mapas permiten conocer las comunidades vegetales más idóneas para mantener el equilibrio medioambiental al repoblar áreas degradadas
La Universidad de Oviedo ha sido una de las instituciones que han colaborado en la elaboración de la obra "The vegetation of the Iberian Peninsula", que proporciona la más completa descripción, actualizada y detallada, de la vegetación de la península Ibérica. Escrita por más de 60 investigadores de España y Portugal, y editada por Javier Loidi, de la Universidad del País Vasco, consta de dos volúmenes que incluyen una primera sección con capítulos generales sobre el clima, la biogeografía y la flora, y una segunda sección con descripciones detalladas de los catorce sectores regionales en los que se ha dividido la Península y las Islas Baleares.
Una tercera sección explora características especiales, como es la vegetación acuática, la de los yesos o la vegetación dolomítica, profundizando en la vegetación costera, la flora y vegetación de montaña, así como los problemas de conservación y flora exótica invasora. "The vegetation of the Iberian Peninsula" incluye numerosas fotografías y una variada cartografía bioclimática y biogeográfica, hasta la actualidad inédita. La elaboración de la obra ha llevado más de tres años, si bien el conocimiento y los datos aportados son el fruto de investigaciones que en algunos casos se iniciaron hace tres décadas.
El catedrático de Botánica de la Universidad de Oviedo, Tomás Emilio Díaz, es coautor de tres capítulos. Dos de ellos son la base fundamental en la interpretación de los ecosistemas vegetales que existen en la Península Ibérica y en las islas Baleares, mientras que el tercero estudia la distribución de los seres vivos a lo largo del mundo, distinguiendo tanto grandes unidades como pequeños distritos biogeográficos.
En el caso de Asturias, lo más novedoso de la obra son las unidades a nivel de distrito, las más pequeñas, y la delimitación precisa de los pisos bioclimáticos con sus comunidades vegetales o ecosistemas particulares. En nuestra comunidad autónoma hay distintos picos bioclimáticos, desde el nivel del mar (piso termotemplado o termocolino), el mesotemplado o colino, el supratemplado o montano, el orotemplado o subalpino y el criorotemplado o alpino, caracterizados por unos índices que permiten saber cuál sería la vegetación potencial de esa zona, con valor predictivo, en función del clima y el sustrato.
En lo que se refiere a la aplicación, cuando se precisa revegetar áreas degradadas por las infraestructuras o por el abandono de zonas industriales, los mapas permiten saber qué red vegetal de árboles, arbustos o yerbas son las más idóneas para mantener el equilibrio del medio ambiente.