El espacio expositivo, que aumenta hasta los 300 metros cuadrados, incluye las doce piezas del meteorito hallado en Cangas de Onís en el siglo XIX. La renovada etapa del espacio museístico se inicia coincidiendo con una exposición en el hall de la Facultad sobre filatelia y geología
El rector, Santiago García Granda, ha inaugurado hoy la ampliación del Museo de Geología de la Universidad de Oviedo, que incluye entre sus novedades una cámara de fluorescencia para observar minerales mediante radiación ultravioleta, la exhibición de las doce piezas del meteorito de Cangas de Onís hallado en 1866, y, en lo que se refiere al edificio, una puerta principal de acceso directo desde la calle que permitirá acercar más el museo a la ciudadanía. El Rector estuvo acompañado del director del Departamento de Geología, Sergio Llana, y del conservador del museo, Luis Miguel Rodríguez Terente. También estuvieron presentes la directora general de Universidades del Principado de Asturias, Cristina Valdés, y la directora general de Patrimonio Cultural, Otilia Requejo.
El Museo de Geología, inaugurado en 2001, ha triplicado su superficie real, alcanzando ahora los 300 metros cuadrados, lo que ha permitido dotarlo de las oportunas medidas de accesibilidad y aumentar en un 30% el número de piezas expuestas hasta superar el millar, tras una profunda revisión de las 32.000 que custodia. El Rector se refirió a la "feliz reapertura" del museo, y señaló que "la ciudad de Oviedo gana una exposición museística de gran singularidad". Santiago García Granda destacó el papel de este "emblemático espacio de la Universidad de Oviedo para que el conocimiento se divulgue y se comparta con la sociedad".
Por su parte, Sergio Llana hizo hincapié en la relación del museo con el profesorado y con los investigadores del Departamento de Geología, que "en su mayor parte utilizan para sus estudios científicos muestras de materiales geológicos, ya sean fósiles, minerales, rocas, sedimentos, para estudiarlos en el laboratorio. El material se cataloga y queda inventariado en un archivo llamado Litoteca, y al menos una parte conforma la exposición".
Una de las piezas más destacadas, que se ubica en el centro del museo, es una fluorita asturiana de un metro cuadrado relleno de cristales color violeta. En un panel de la entrada se ubica además un sistema de realidad aumentada en el que los visitantes, tras descargarse una aplicación denominada "Museo de Geología", podrán acceder a prototipos virtuales desde sus móviles y tabletas e interactuar, por ejemplo haciéndose una foto en la que simulen sujetar el planeta Tierra.
Luis Miguel Rodríguez Terente explicó que con motivo de la inauguración "se ha diseñado un sello de Correos con el logotipo del Museo, que los visitantes, en especial los coleccionistas y personas aficionadas a la filatelia, podrán adquirir y matasellar junto con un sobre". La renovada etapa del Museo de Geología se abre además acompañada de una exposición en el hall de la Facultad, sobre filatelia y geología, con colecciones de sellos que distintos particulares han cedido para su exhibición a través de la Federación Asturiana de Sociedades Filatélicas.
En la presentación del espacio se agradeció el importante apoyo que los diferentes cargos institucionales dieron al museo desde su fundación, y se hizo una mención especial al catedrático Dámaso Moreiras, impulsor del proyecto y comisario junto a Rodríguez Terente de la primera exposición. El profesor Moreiras falleció en 2005 a los 58 años de edad.
El horario del Museo de Geología es de 9:30 a 14 horas, y de 16 a 18:30 horas, de lunes a viernes. La entrada es gratuita. La Universidad ofrece visitas guiadas, también gratuitas, para los colegios y para grupos de adultos, previa inscripción.
El jardín geológico
Junto al museo se localiza desde hace dos años el Jardín Geológico, que ofrece un recorrido a lo largo de la historia de La Tierra, en el que se puede caminar por el tiempo y contemplar las rocas pertenecientes a cada edad, tomando como referencia las rayas que delimitan en el suelo cada periodo de tres millones de años. De este modo, en el exterior del museo se percibe el tiempo de formación de La Tierra, y en el interior se observan los materiales concretos.