Paz Andrés dijo que entre sus funciones está 'no sólo la resolución de las quejas sino también la formulación de recomendaciones y sugerencias, la mediación y la ideación de fórmulas de conciliación y superación de desacuerdos y conflictos'
El rector, Santiago García Granda, presidió la toma de posesión de la Defensora Universitaria, Paz Andrés, que se celebró el jueves en el Paraninfo de la institución docente asturiana. El rector, tras felicitar a la nueva defensora, recordó la frase que "Miguel de Cervantes ponía en boca de Sancho Panza: "Confía en el tiempo que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades". Es mi intención compartir este mensaje optimista que, sin temor a equivocarme, refleja los deseos de todos los que compartimos este acto y los de toda la comunidad universitaria".
Santiago García Granda animo a la nueva defensora a que haga honor a su nombre velando por la "paz" universitaria. Dijo que "después de oír sus palabras, no me cabe ninguna duda, dadas sus intenciones de cercanía y transparencia, así como de desarrollar relaciones fluidas y de colaboración. Es, además, la primera mujer que desempeña este cargo en nuestra Universidad. Esta circunstancia, nos trae el recuerdo de la celebrada máxima de Petra Karin Kelly, conocida activista por la paz, quien señalaba que: "Los hombres siempre buscan tácticas para afrontar los problemas; las mujeres están preparadas para detectar dónde están los problemas". Por eso, comparto la cita que ha hecho del famoso jurista, filósofo y politólogo italiano Norberto Bobio, en orden a la protección de los derechos. En definitiva, a preverlos, verlos y conocerlos de antemano para evitar con anticipación todo daño o perjuicio que pueda sufrir cualquier miembro de nuestra comunidad universitaria".
Esbozó el rector el cometido específico de la figura de la Defensora Universitaria aludiendo a que debe "velar por el respeto a los derechos y libertades de los profesores, estudiantes y personal de administración y servicios, a cuyo fin sus actuaciones, dirigidas a lograr la mejora de la calidad universitaria en todos sus ámbitos, no estarán sometidas a mandato imperativo y vendrán regidas por los principios de independencia y autonomía".
Aludió a que Paz Andrés, como reputada internacionalista, puede contribuir a la proyección internacional de la Institución. Dijo que "esa perspectiva internacional es amplia y reconocida. Pero, en este momento me interesa destacar sobre todo su espacio europeo dentro del cual se hallan situados los Defensores/as españoles. El asunto ha sido desarrollado por Pilar Abad García, (defensora de la comunidad universitaria de la Uva en mayo 2010) en un interesante trabajo titulado "Convencer sin vencer: Hacia la consolidación de la institución del defensor al servicio de la Comunidad Universitaria", donde ha puesto de relieve la ampliación y colaboración relativos al potencial de la Institución del DU como partícipe activo en el proceso de construcción de una conciencia de ciudadanía europea, al hilo del fenómeno de la movilidad inter-universitaria en Europa".
Paz Andrés afirmó en la toma de posesión de su cargo como defensora universitaria que estaba abriendo una nueva etapa en su vida y que era un gran honor que agradecía al órgano que la ha elegido, el Claustro.
La nueva defensora afirmó que "al atribuir la misión de defender los derechos y libertades, la ley añade que las actuaciones del defensor deben ir "siempre dirigidas hacia la mejora de la calidad universitaria en todos sus ámbitos", lo que explica que el Reglamento aprobado por el Consejo de Gobierno de nuestra universidad incluya entre sus funciones no solo la resolución de las quejas sino también la formulación de recomendaciones y sugerencias, la mediación y la ideación de fórmulas de conciliación y superación de desacuerdos y conflictos. Esto es así porque en una comunidad moderna y democrática hacen falta interlocutores que escuchen, encaucen y ayuden a resolver problemas: este puesto responde también a esta necesidad. En este sentido, alguien ha dicho que el ombudsman trabaja para que las organizaciones sean más sensibles para con las personas a quienes sirven. En definitiva, se trata de procurar el bienestar de las personas que componen nuestra comunidad y al mismo tiempo de mejorar el servicio público que prestamos".
Terminó su discurso diciendo que "Norberto Bobbio, hablando de los derechos humanos, señaló que el problema de fondo hoy no es tanto el de justificarlos como el de protegerlos. En efecto: el derecho no ejercitado no es derecho. Pueden estar seguros de que emplearé mis mejores esfuerzos para defender los de los miembros de la comunidad universitaria y para no defraudar la confianza que han depositado en mí".