Las obras han permitido eliminar las filtraciones de agua y humedades en la colegiata y recuperar el conjunto escultórico que conforman el mausoleo de Fernando Valdés y las hornacinas de sus padres situadas a ambos lados del altar mayor | La recuperación de esta joya del Renacimiento ha sido fruto de una iniciativa de la Fundación Valdés Salas, patrocinada por CMC XXI (Cosmen Menéndez-Castañedo) y la Fundación Cajastur, con la colaboración del Arzobispado de Oviedo, el Ayuntamiento de Salas y la Universidad de Oviedo | El descubrimiento de la renovada imagen del mausoleo ha coincidido con la celebración de un Consejo Rectoral en el que los miembros del equipo de gobierno de Villaverde han sido recibidos en el ayuntamiento de Salas por su alcalde
El mausoleo de Fernando Valdés, una joya del Renacimiento realizada por Pompeo Leoni en el siglo XVI y ubicada en la Colegiata de Salas ha estrenado hoy su nueva imagen tras concluir los trabajos de conservación y restauración. La recuperación del mausoleo del fundador de la Universidad de Oviedo ha sido fruto de una iniciativa de la Fundación Valdés Salas, patrocinada por CMC XXI (Cosmen Menéndez-Castañedo) y la Fundación Cajastur, con la colaboración del Arzobispado de Oviedo, el Ayuntamiento de Salas y la Universidad de Oviedo.
La presentación de la nueva imagen del mausoleo ha tenido lugar en la Colegiata de Salas en un acto institucional que ha contado con la participación de Joaquín Lorences, presidente de la Fundación Valdés Salas y profesor de la Universidad de Oviedo; Luis Valdeón, del equipo de restauración; Jesús Sanz Montes, arzobispo de Oviedo; Sergio Hidalgo Alonso, alcalde de Salas; Adrián Barbón, presidente del Principado, e Ignacio Villaverde, rector de la Universidad de Oviedo. El descubrimiento de la nueva imagen del mausoleo del fundador de la universidad asturiana ha coincidido con la celebración en Salas de un Consejo Rectoral en el que los miembros del equipo de gobierno de Villaverde han sido recibidos en el ayuntamiento por el alcalde de Salas.
Ya en la colegiata, Joaquín Lorences y Luis Valdeón han explicado en qué han consistido los trabajos de restauración del mausoleo que ahora culminan y que han tenido dos fases complementarias y secuenciales por su naturaleza. Concretamente, el objetivo de la primera, desarrollada en 2021, fue eliminar las filtraciones de agua y humedades de la colegiata, principales agentes del deterioro del mausoleo. Esta intervención se hizo siguiendo el proyecto de los arquitectos Carlos y Luis Fuentelsaz Franganillo y ejecutado por la empresa Trabajos La Salense. Esencialmente, en esta primera fase, se rehabilitó la cubierta que presentaba importantes deficiencias, se renovaron las canalizaciones de agua y bajantes, se sanearon las conducciones de las aguas perimetrales, se rejuntaron e impermeabilizaron los paramentos exteriores y se remozó y pintó todo el interior del edificio.
En este año 2023, y tras la realización de los pertinentes estudios previos que confirman la eficacia de los trabajos realizados en la primera fase, se pasó a la segunda fase de restauración en la que se trabajó directamente sobre el conjunto escultórico que conforma el mausoleo de Fernando Valdés y las hornacinas de sus padres situadas a ambos lados del altar mayor. Esta segunda fase se realizó siguiendo el plan de restauración y conservación propuesto y también ejecutado por el restaurador Pablo Klett, y aprobado por el Arzobispado de Oviedo y por la Dirección General de Patrimonio del Principado de Asturias.
Manchas rojizas y blancas
Las pruebas más visibles del deterioro del mausoleo son las manchas rojizas y blancas. Desgraciadamente estas manchas no son superficiales, sino que reflejan transformaciones moleculares de carácter estructural no reversibles. De tal forma que lo más importante que se puede hacer por este monumento renacentista, además de frenar su deterioro provocado por las filtraciones y humedades, es reintegrar los volúmenes y perfiles más degradados para contribuir a la correcta lectura del conjunto y eliminar las pátinas de suciedad acumulada durante años.
Atendiendo a este sucinto diagnóstico, los trabajos de restauración y conservación se han realizado a diferentes niveles. Concretamente, en primer lugar, se eliminaron y sustituyeron los enlucidos de cemento que rodeaban el mausoleo y se retiraron los morteros industriales aplicados sobre las bases de las hornacinas, así como las juntas que conforman el despiece de la obra para sustituirlos por morteros de cal que facilitan la evacuación de las humedades que pudieran aparecer y afectar al alabastro.
En segundo lugar, se reintegraron los volúmenes arquitectónicos seriados más deteriorados y desfigurados por el efecto de la humedad o provocados por impactos accidentales para devolver una imagen consistente del conjunto, con morteros de cal entonados y fácilmente identificables para el ojo experto y, en consecuencia, reversibles.
En tercer lugar, y tras la realización de diferentes pruebas para garantizar la preservación de la superficie de alabastro, se eliminaron las pátinas de suciedad presentes sobre el mausoleo y hornacinas. También se eliminaron durante esta fase los restos de morteros añadidos en anteriores intervenciones con criterios y materiales poco adecuados.
Y, en cuarto lugar, eliminadas las filtraciones en la primera fase de intervención, se consideró imprescindible controlar las condiciones ambientales en el interior del edificio para evitar la condensación de la humedad sobre la superficie del alabastro, que se produce de forma recurrente durante momentos puntuales en los meses de verano. Para evitar estos procesos de condensación, se han instalado sendos equipos deshumidificadores que se activan automáticamente cuando se superan los niveles humedad y temperatura programados.